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El río Amazonas en nuestra llegada a Iquitos
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A pesar de haber concluido hace apenas un día el
Camino Inca, tras un breve paso por
Cusco ( visita de la
Laguna Humantay) y de realizar una ruta por la parte
sur del Perú, emprendemos de nuevo viaje con una ruta que a mi especialmente me hace mucha ilusión, y que llevo tiempo deseando realizar, mucho más salvaje y totalmente
diferente de lo que he visto hasta ahora en este viaje y en otros realizados. Me refiero a la ruta por el
AMAZONAS. Por la mañana temprano, nos trasladamos al aeropuerto para tomar el vuelo hacia
Iquitos. El vuelo fue corto y se nos hizo más breve observando el
increíble paisaje que a través de la ventanilla se desplegaba ante nuestros ojos. Una
interminable llanura verde que se extiende en todas direcciones,
y por la que discurren las aguas de los
ríos que componen esta región.
¡ESPECTACULAR!. Tras aterrizar en
Iquitos,
y nada más salir del avión, nos recibe la gran humedad que predomina en el
ambiente, junto con la temperatura también alta que predomina en la zona.
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Barcaza en las orillas del río Amazonas
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Es la
metrópoli más grande de la
Amazonía peruana. Está establecida en la
Gran Planicie y rodeada por los
ríos Amazonas, Nanay e Itaya y el
Lago Moronacocha.
La
ciudad solo tiene conexión aérea y fluvial al resto del país, había un
turismo que iba creciendo exponencialmente, hasta antes de la
Pandemia.
Iquitos fue una de las zonas del
Perú más golpeada por el
Covid-19. Se ha convertido en una importante ciudad
cosmopolita de fuertes
raíces amazónicas con un notable
complejo histórico, una característica
gastronomía,
paisajes amazónicos,
vida nocturna y un creciente
movimiento cultural.
Salimos del pequeño aeropuerto donde nos está esperando un minibús que nos llevará a través de
Iquitos, hasta las mismas orillas del
río Amazonas. Allí cogemos un bote rápido, para al menos durante
2 horas, recorrer
140 kilómetros, río arriba hasta llegar a nuestro destino el
Lodge Muyuna, donde nos alojaremos durante nuestra estancia en este
paradisíaco lugar. Durante el recorrido observamos la enorme y gran
biodiversidad de esta zona, y lo afortunados que somos por estar aquí, otro de los
lugares únicos de la Tierra.
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Cabañas en el Muyuna Logde
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Tras este primer contacto con el río y su
ecosistema, llegamos al
Muyuna Lodge. La primera impresión del
Lodge fue muy buena.
Situado junto al río, con cabañas de madera y rodeados por la espesa selva amazónica
parecía un
lugar paradisíaco en dónde
el canto los pájaros se
entremezclaban con los sonidos de otros animales de la
selva , haciéndote sentir que te encuentras en
plena naturaleza y en un entorno único y privilegiado. Elegí este alojamiento porque siempre que realizo viajes a lugares excepcionales, intento que haya un respeto máximo por la
naturaleza y las personas (población local) que componen ese entorno.
Todo ello para que la acción de las personas (
turistas y visitantes)
causen el menor daño al lugar que estamos visitando, y conservar todo el encanto, que lo hace único.
MUYUNA LODGE
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Mapa ubicación del Muyuna Lodge
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Aquí han creado una alianza con
San Juan de Yanayacu. Juntos cuidan
el
hábitat,
los animales y
la selva. Contratan a gente de la población de
San Juan, de esta
manera, los pobladores se involucran en
la ecología, mientras se benefician económicamente. La vida en la
selva es difícil. El suelo es pobre y la agricultura no es beneficiosa. En mayo la
selva se inunda. Los pobladores practican
técnicas antiguas para abastecerse de la
selva, como
la recolección,
pesca y
caza. Sin embargo, al trabajar en
Muyuna y ver como los viajeros vienen desde tan lejos para observar a
los animales en libertad, ellos han empezado a revertir sus costumbres y por eso ahora
no cazan
mamíferos.
Aparte de esto, el
Lodge se compromete a
brindar
medicinas,
transporte fluvial, apoyo logístico, entre otras
cosas. A sus empleados y colaboradores les pagan un sueldo justo, de
acuerdo a las leyes del
Perú. Por eso desde aquí, aprovechando este
blog y desde estas líneas te recomiendo que si vas a visitar la
Amazonía peruana, visites y te alojes en el
Muyuna Lodge, para aprender lo máximo posible sobre este lugar, con anécdotas y costumbres de las personas que componen esta localidad. Al igual que nos pasó a nosotros mientras nos alojábamos allí, seguro que se darán las condiciones para que tengas una experiencia de lo más auténtica.
Muyuna es una palabra quechua que quiere decir “remolino”.
Francisco Izquierdo, escritor
peruano, en su libro Muyuna se encargó de darle un
significado más poético: “remolino del río de la vida que atrapa
inmisericordiamente al navegante desprevenido”. Según la leyenda, quien cae en una Muyuna queda atrapado de
por vida. Todo es posible gracias al apoyo de San Juan de Yanayacu. Sin ellos el Lodge Muyuna no existiría. Al estar conviviendo con ellos aprendes
cosas día a día en este paisaje sin igual, que seduce tanto, a
pesar de estar alejado de la vida, que solemos llevar normalmente, o
precisamente por eso. Te
encuentras en un paraíso natural especialmente elegido por la riqueza y la
biodiversidad de la selva, en la Reserva de Tamshiyacu-Tahuayo.
Nada más llegar somos recibidos por todo el equipo del
Lodge dándonos una calurosa bienvenida, para acto seguido nos acompañan a nuestra
cabaña. Las cabañas donde vamos a alojarnos contaban con una habitación muy espaciosa, con dos camas de gran tamaño y un
mobiliario que consistía en un escritorio, donde cada mañana nos encontrábamos un pequeño obsequio por parte de la dirección. Toda la habitación esta forrada con
mosquitera y la iluminación de la misma al igual que la del resto del
Muyuna Lodge es con
lámparas led no muy potentes y de bajo consumo. Dos pequeños
ventiladores colgaban del techo de construcción tradicional con las hojas entrelazadas de las
palmeras que hay en la propia
selva .
Gracias a la
mosquitera que cubre la habitación estamos a salvo de los mosquitos y demás insectos de alrededor, pero además podíamos observar cómo estaba construida la cabaña donde íbamos a estar. Todo el complejo funciona con energía a través de paneles solares. A un
lado la habitación se encontraba un baño
completo, con agua corriente y una ducha espertacular, surtida con todo
tipo de champú y geles para el baño. Pero lo que a mí más me gusto y
sabía que me lo iba a encontrar es una pequeña terraza que daba a la
selva con dos
hamacas para nuestro uso y disfrute.
¡ESPECTACULAR!.
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Atardecer en el río Amazonas
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Somos muy afortunados por estar rodeados de un entorno sin igual y sin duda no hay mejor manera de terminar este fantástico viaje. Estamos encantados con el alojamiento y llega el momento que nos presenten a los que serán
nuestro guía y el
capitán de la barca, de las distintas actividades que vamos a realizar durante nuestro alojamiento en el
Muyuna Lodge. No lo sabíamos entonces, pero la convivencia con estas dos personas y sobre todo con el
guía, van a resultar fundamental a la hora de disfrutar al máximo el entorno único donde nos encontramos y lo que supone el día a día para la población local. Ellos son
Alberto (
guía) y
Joel (
capitán). Tras las presentaciones subimos en la barca y recorremos tranquilamente el
río Amazonas para contemplar un
maravilloso atardecer.
Regresamos al
Logde donde nos presentan a los que serán nuestros compañeros de grupo durante nuestra estancia. Son un
matrimonio de Barcelona y están empezando el viaje recorriendo
Perú . Ellos lo están haciendo de la manera inversa a nosotros, o sea,
empezando por el Sur, para luego ir
subiendo hacia el norte y terminar en
Lima. Disfrutamos de una increíble cena que no nos deja de sorprender lo rica y buena que está a pesar del lugar donde nos encontramos. Consiste en
pescado del propio
Amazonas, y cocinado
envuelto con una hoja de gran tamaño, acompañado con
arroz y verduras. En toda nuestra estancia en el
Lodge, siempre había en la zona central (
comedor-recepción) a nuestra disposición todo tipo de
frutas (muchas ni las conocíamos, y tenían que explicarnos cuáles eran), dos
fuentes de agua (perfectamente tratada) para rellenar las
cantimploras, e
infusiones de todo tipo.
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Cena en el Amazonas
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Durante todo el viaje nunca nos ha dejado de sorprender lo bien y lo sano que hemos comido, pero en este lugar privilegiado en plena naturaleza, tenemos a nuestra disposición siempre productos naturales del entorno que nos rodea. Otra experiencia más que agradable a la hora de decantarte por alojamientos de este tipo. Nada más terminar de cenar nos colocamos el frontal en la cabeza, el repelente para los mosquitos, estando listos a realizar un paseo nocturno por el río Amazonas, contemplando su fauna nocturna. Desde ese instante disfrutamos del
sonido ensordecedor del silencio de la selva , mientras Alberto nos cuenta lo que podemos encontrar en el río, y su intención de mostrarnos una cría de caimán.
El silencio es absoluto, roto solo por el sonido de los peces que saltan en el río a nuestro paso, el de la gran variedad de aves que habitan en este ecosistema, y las ranas y sapos con su croar en las orillas del río. La voz de Alberto, guía a Joel para que dirija la embarcación por las zonas que él por experiencia sabe que podemos encontrar algún animal. El primer sobresalto se produce cuando algo choca contra nuestra barca, y claro nos quedamos aún más quietos y en silencio, era un caimán. Rápidamente Alberto empieza a barrer la orilla del río con un potente foco que lleva, pudiendo ver como pequeños ojos nos observan, ahora claramente, pero que un momento antes, éramos totalmente ajeno a ello. Paramos en varias zonas en la orilla, pero sin nada que ver.
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Capibara en el río Amazonas
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Finalmente podemos observar a una familia de Capibaras nadando adelante de nosotros. Los Capibaras son roedores semiacuáticos de gran tamaño que habitan en manadas cerca del agua en regiones de clima tropical, subtropical y templado desde Panamá hasta el centro-este de América del Sur. Es el roedor viviente con mayor peso del mundo, y algunas comunidades de estas regiones los identifican con el nombre común de
¨roedores gigantes¨ debido a su gran tamaño. Por fin conseguimos avistar a un grupo de Capibaras y sus crías, mientras comen en la orilla. No se puede expresar la sensación de ver a estos grandes roedores en su hábitat natural mientras comen delante de nosotros, que guardamos el más absoluto silencio para no molestarles ni asustarles.
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Alberto con la cría de Caimán
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Es un momento mágico, seguimos recorriendo el río, pero ninguno sabe lo que nos espera todavía, ya que nos falta el gran final. Creíamos que lo que nos dijo al principio sobre coger una
cría de caiman sería una broma, pero vemos que va muy en serio cuando tras varios intentos fallidos y ante nuestros ojos, con un rápido movimiento de brazos, saca del agua
cría de caimán. No podemos dejar de creerlo, ha sido muy rápido y no podemos ni siquiera pensar en la pericia y experiencia que requiere algo así. Primero localizarlo, no asustarlo y capturarlo sin hacerle daño y mostrándonos para verlo. Nos explica cómo debemos cogerlo con mucho cuidado para que el animal no sufra ningún daño, ni tampoco ninguno de nosotros.
CAPTURA DE LA CRÍA DE CAIMAN Sin duda es una de las experiencias más alucinantes vividas durante el
viaje. Volvemos encantados, como si estuviéramos viviendo algo
increíble en un
lugar paradisiaco, un sueño que se está haciendo realidad. Para recalcar esta sensación, nos vemos rodeados de una niebla persistente por el
contraste producido en la temperatura de las aguas, debido al calor que hace durante el día, y a estas horas de la noche cambia bruscamente, por lo que nuestro avance por las aguas del río lo realizamos
envueltos en una espesa niebla. Llegamos al
Muyuna Lodge y tras bajar de la barca, nos despedimos efusivamente tanto de
Alberto y
Joel, como de la pareja de
Barcelona. Hemos quedado temprano a la mañana siguiente para continuar con las actividades programadas.
Nos disponemos a pasar nuestra primera noche en este maravilloso lugar.
La cabaña está a
más de un metro del suelo y desde esta primera noche como las siguientes, tenemos la sensación de estar durmiendo en mitad de la
selva. A oscuras pero con la compañía de una
sinfonía compuesta por los sonidos de animales de todos los tamaños al pasar volando junto a la cabaña, caminando bajo ella o
mientras saltaban de rama en rama por los árboles cercanos. La
selva
nocturna
es mucho más animada que la diurna, y aunque en anteriores viajes ya
había experimentado algo parecido durante mis noches en la
sabana africana, en la
selva
es una experiencia nueva. De esta manera y a pesar de la oscuridad que
nos rodea y teniendo muy presente los sonidos de los animales que nos
rodean, pasamos nuestra primera noche en el
Amazonas.
* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de la Wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).
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