sábado, 9 de octubre de 2021

Camino Inca a Machu Pichu día 4: Wiñayhuayna –Machu Picchu

A las 04:00 de la madrugada nos despiertan y tenemos que ir dejando las mochilas listas para desayunar y emprender la marcha del último día en este increíble trekking. Desayuno que hicimos al raso bajo un cielo estrellado sin igual que brillaba sobre la Cordillera de los Andes. Al llegar al punto de control que da acceso al último tramo del Camino Inca, no lo dudamos y apagamos nuestros frontales para contemplar esas estrellas espectaculares, quedándonos asombrados ante tanta belleza. Observamos que se va formando una cola ante nosotros de los distintos grupos que han formado el Camino Inca, franceses, americanos, españoles, peruanos, todos esperando ansiosos el momento de comenzar este último trayecto. Después de tres jornadas siguiendo el camino construido por los antiguos incas a través de zonas de selva, pasos de montaña situados a más de 4.000 m y unos paisajes increíbles, el último día no podía tener un mejor final. Por fin, nos pusimos en marcha antes del amanecer porque el sol todavía no había asomado tras las cadenas montañosas, todos con la mente fija en nuestro objetivo: Machu Picchu  a 2.400m, lugar que nos sorprenderá, por su historia y cultura, en perfecta armonía con la naturaleza.  

Este último tramo se suele hacer rápido, a pesar del desgaste que llevábamos de los tres días anteriores, ya que todos estamos impacientes de ver por fin lo que tan ansiadamente hemos perseguido durante estos 4 días que ha durado el Camino Inca hacia Machu Picchu. Comenzaban a reflejar los primeros rayos de sol de la mañana. Una hora después, el sol ya bañaba con una luz anaranjada tanto la punta de la "montaña vieja" o Machu Picchu, así como gran parte del valle del Urubamba. La mayor parte del camino transcurre bajo la frondosa vegetación de los bosques tropicales que cubren las montañas que rodean Machu Picchu. El camino es empedrado y fácil, aunque todavía nos faltaba la "sorpresa" final antes de alcanzar la Puerta del Sol o Intipunku, una impresionante y casi vertical escalera de roca, por la que subimos gateando hasta el lugar que todos teníamos en mente desde el primer día.
Intipunku o Puerta del Sol
Tras superar este último tramo de escaleras decimos que hemos logrado concluir uno de los mejores trekkings del mundo, y al asomarnos al Intipunku, aparecerá ante nosotros la inconfundible silueta de la ciudadela inca más famosa de todos los tiempos. En estos momentos la euforia y la emoción me embargan y un grito de triunfo sale de mi garganta. No puedo aguantar más y me tengo que sujetar las rodillas, porque el llanto aparece fruto del esfuerzo, por la emoción y el objetivo cumplido. Dije anteriormente que durante el Camino Inca, yo llevaba la mochila, sin la ayuda de los porteadores, cuestión que tenía bien clara desde el principio. Esto no es del todo cierto ya que conmigo estaba la memoria y el recuerdo de mi primo Fernando fallecido en Segovia durante la primera ola de Covid-19 en España. En su recuerdo y memoria, emprendí esta maravillosa aventura.  ¡Va por ti primo!.

Marcelo, Yo, y Carlo con sus hijas
Tras la emoción espere a Marcelo, y cuando llego, nos dimos un gran abrazo también cargado de mucho sentimiento, ya que se las ganas que él tenía de que llegará este momento y poder ver con sus propios ojos Machu Picchu. Desde allí contemplamos por primera vez la ciudad perdida de los Incas. A menos de 2km y recostada sobre la loma de una montaña, Machu Picchu se mostraba ante nuestros ojos con toda la fuerza de sus más de 500 años de historia. Cada uno disfruta del momento en intimidad y apartado, solo por esto ha merecido la pena llegar hasta aquí, sin duda este momento quedará para siempre en la memoria.
Esperamos de nuevo a Carlo y sus hijas, para una vez juntos, contemplar ante nuestros ojos todo el santuario, las terrazas, y el mítico Huayna Picchu, la montaña situada junto al recinto de Machu Picchu, que sirve de encuadre perfecto para este mágico lugar enclavado entre montañas y cubierto por una exuberante vegetación. 
Sí el Camino Inca es una experiencia increíble por sí mismo, encontrarnos con esta majestuosa vista de Machu Picchu al final del recorrido es el mejor final que se podría esperar. Desde Intipunku todavía nos queda una buena caminata hasta las primeras construcciones, teniendo a la vista la ciudadela, a la que parecía que no íbamos a llegar nunca, vamos atravesando restos arqueológicos que fueron puestos de control o torres de vigilancia.

Mapa Machu Picchu por viajes.machupicchu.org.
Seguimos bajando por el camino empedrado que bordea toda la montaña, hasta la entrada principal del recinto para coger las entradas y poder disfrutar si cabe más de esta maravilla. Mientras nos dirigíamos hacia la entrada con evidentes signos de cansancio en nuestros rostros, y por la vestimenta y mochilas que llevamos con nosotros, los turistas que acababan de acceder al recinto, al igual que los guías que estaban ofreciendo tour en el lugar, nos preguntaban si habíamos hecho el Camino Inca. Nos quedamos sorprendido porque ante tal afirmación no paraban de darnos la enhorabuena, de aplaudir y de preguntarnos si había merecido la pena, y si había sido muy duro. Al ser los primeros en llegar y hasta que llegue el resto del grupo con nuestro guía, dejamos las mochilas en el guardarropa (3 soles ) y entramos en uno de los establecimientos que hay junto a la entrada. Es una cafetería que tiene una terraza con unas vistas espectaculares a las montañas que nos rodean y los bosques tropicales. Los precios aquí son altos, debido al lugar donde se encuentran y de la afluencia masiva de los turistas y visitantes. Por fin llega el resto del grupo con Nancy la mujer de Carlo y Denice y su hija Zoe.

Marcelo y el sueño de Machu Picchu

Mientras Renilo nuestro guía sacaba las entradas para todo el grupo, no dudamos en compartir todos juntos la emoción y el sentimiento de haber llegado por fin a este mágico y espectacular lugar. Cuando ya estuvimos todos reunidos de nuevo en las taquillas, volvimos a entrar y comenzamos una visita guiada de 3 horas, debido a la situación de la Pandemia,  el recorrido ya está establecido y no podemos visitar por nuestra cuenta Machu Picchu. Por fin llegamos al lugar en donde nos pudimos sacar la foto típica con la vista clásica de Machu Picchu. Desde allí y a pesar del cansancio y el calor, nos quedamos sin palabras, contemplando los edificios construidos en la ladera de la montaña, la zona agrícola, el área para el culto de los dioses, las residencias de los incas...Increíble
Mientras Renilo nuestro guía, nos explica la historia de este majestuoso lugar, no podemos dejar de observar como hay varias llamas sueltas por todo el recinto, que viven en la zona, y claro están perfectamente protegidas y controladas. Machu Picchu fue construida antes del siglo XV, ubicada en la Cordillera Oriental del sur del Perú, en la cadena montañosa de Los Andes situada a 2.430 metros sobre el nivel del mar, sobre el Valle Sagrado de los Incas, a 80 kilómetros al noroeste de la ciudad de Cusco, y por donde fluye el río Urubamba.
Su uso como palacio y santuario, podía haber sido perfectamente posible al no ser incompatibles. Aun cuando se discute su supuesto carácter militar, por lo que los populares calificativos de «fortaleza» o «ciudadela» podrían haber sido superados.​ Machu Picchu es considerada, al mismo tiempo, una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería. Sus peculiares características arquitectónicas y paisajísticas, lo han convertido en uno de los destinos turísticos más famosos del planeta, así como una de las siete maravillas del mundo. Fue declarado Santuario Histórico Peruano en 1981 y es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983. Tras la caída del reino de Vilcabamba en 1572 y la consolidación del poder español en el territorio de los Andes Centrales. La región fue ignorada cayendo con el paso de los años en el olvido. Su redescubrimiento se debió gracias a Hiram Bingham, un profesor estadounidense de historia que estaba interesado en encontrar los últimos reductos incaicos de Vilcabamba.
Fue así como llegó a Machu Picchu el 24 de julio de 1911, encontrando a dos familias de campesinos viviendo allí, quienes usaban los andenes del sur de las ruinas para cultivar y bebían el agua de un canal incaico que aún funcionaba y que traía agua de un manantial. Uno de los niños de Machu Picchu, guio a Bingham hacia la «zona urbana» cubierta por la maleza. Bingham quedó muy impresionado por lo que vio y gestionó los auspicios para iniciar el estudio científico del sitio. Dirigió trabajos arqueológicos en Machu Picchu desde 1912 hasta 1915, período en el que se despejó la maleza y se excavaron tumbas incas extramuros de la ciudad. La «vida pública» de Machu Picchu empieza en 1913 con la publicación en un artículo en la revista de la National Geographic
Nos encontramos maravillados ante tanta majestuosidad, mientras vamos recorriendo las distintas zonas que componen Machu Picchu. Observamos las múltiples terrazas donde cultivan principalmente patata y maíz, también visitamos los edificios dedicados a los dioses como el Templo al Sol (Inti), e incluso un edificio donde podemos ver como hay unos recipientes circulares de piedra incrustado en el suelo, el cual lo llenaban de agua, y servía de espejo para observar las estrellas, una vez que están se reflejaban en su superficie. Además tenemos la suerte de que nos hace un día espectacular y con un sol espléndido y podemos hacer la visita sin ningún problema además de sacar estupendas fotografías del recinto.  
Templo del Sol en Machu Picchu
Distinguimos, que según la zona que estamos visitando los edificios que la componen están realizados de un material y forma específica, por lo que algunos edificios vemos las típicas construcciones Incas de grandes bloques de piedra de granito, mientras en otras los edificios están compuestos por piedras más pequeñas y totalmente distinta. Nos explican que fue debido a las distintas épocas en las que estuvo habitada Machu Picchu y dependiendo de eso pues las edificaciones eran de una manera o de otra. También eran diferentes dependiendo de la zona donde se encontraban, si en la zona de culto o el de la de descanso, almacenes o viviendas.
Pasamos por la puerta de entrada al mítico Huayna Picchu, montaña que sirve de telón de fondo para la mayoría de las fotografías que se hacen de Machu Picchu. Teníamos la intención a pesar de todo el desgaste del Camino Inca, en terminar subiendo al templo de su cima y desde allí contemplar la mítica ciudadela y las montañas y paisajes espectaculares que la rodean. Es una entrada que también hay que reservar con antelación y se paga aparte de la visita a Machu Picchu. Desafortunadamente no podemos subir porque debido a la situación actual provocada por la Pandemia, está cerrado, ya que es un lugar muy estrecho y con poco espacio donde se agruparía la gente enseguida. Una verdadera lástima, pero sin duda, es uno de los destinos pendientes para la siguiente ocasión que lo visitemos.
Cumbre del Huayna Picchu
Durante la visita por Machu Picchu nos encontramos al igual que en otras edificaciones Incas numerosas escaleras que conectan las distintas zonas algunas más empinadas que otras pero que tras el cansancio acumulado pueden hacer desfallecer a más de uno, lo mejor es llevarlo con paciencia, a su ritmo y disfrutando del lugar único e irrepetible en donde te encuentras.   
Seguimos descendiendo más hasta que llegamos a la gran explanada,  la cual ya hemos visto en otros recintos Incas, y que se utilizaba para las reuniones, audiciones, celebraciones, o acontecimientos multitudinarios que se podían llegar a celebrar. Vamos terminando el recorrido llegando al lugar donde se encuentran grandes piscinas naturales de piedra que construyeron para el abastecimiento y el mantenimiento del agua, encausando los ríos y manantiales que había por la zona para desembocar en estos puntos y asegurarse el suministro del agua. 
   
Para terminar la visita vemos cómo serían las casas de los Incas de la época situadas junto a una enorme piedra con la singular forma y perfil de las montañas que podemos encontrar justo con levantar la vista al frente. Como si fuera un mapa en relieve del terreno que hay delante de nosotros. Nos encontramos en la salida, tras recoger nuestras mochilas en el guardarropa esperamos a que uno de los muchos autobuses que no paran de realizar el trayecto de Aguas Calientes a Machu Picchu y viceversa se quede vacío para poder albergar a todo el grupo. Renilo el guía, ha reservado mesa en un restaurante de la localidad, y lamentablemente, también llega el momento de despedirnos de él, y del resto de los componentes del grupo. Según el siguiente destino de la ruta, así cada uno va cogiendo el transporte que le dejará lo más próximo a dicho destino.
 
Para recordar la visita a este lugar considerado una de las nuevas 7 maravillas del mundo moderno, os dejo las siguientes webs en las que se pueden realizar visitas de 360º por el Santuario Histórico de Machu Picchu:

http://www.airpano.ru/files/Machu-Picchu-Peru/2-2

http://www.machupicchu360.org

* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de la Wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).

2 comentarios:

  1. Que buena crónica Pedro, y con cuanto detalle!!

    Recién me puedo tomar un tiempo para leer y comentar sobre este viaje maravilloso que hicimos en familia y con la experiencia de haber conocido gente excepcional en el camino. Tuve la suerte de haber conocido a Pedro y Marcelo (experimentados trekkeros) que con su gran predisposición a ayudar y buen humor fueron los compañeros perfectos para esta travesía. También personas maravillosas como Denise y su hija Zoe, Rene (nuestro súper guía) y nuestros héroes los PORTEADORES que hacen siempre que esta experiencia sea posible

    Te cuento que para nosotros ha sido una experiencia inolvidable y superenriquecedora, hemos conocido un poco más de lo fuerte que podemos ser y lo que podemos soportar. Para las chicas siempre va a ser un viaje memorable donde conquistaron una montaña, vencieron miedos, vieron lluvia intensa, truenos, granizos, cielo inundado de constelaciones, y una selva que nunca se calla.

    Una abrazo amigo caminante y hasta que nos volvamos a encontrar!!

    Carlo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Carlo por tus bonitas y sentidas palabras. El placer fue nuestro y me alegró de que te guste el blog sobre el viaje a Perú y ojala que volvamos a coincidir en otros más. Ya sabes que cuando quieras venir a España aquí te esperamos y por supuesto espero trataros tan bien como nos tratasteis vosotros. Recuerdos y un fuerte abrazo para ti y tu estupenda familia.

      Siempre

      Pedro García

      Eliminar