miércoles, 13 de octubre de 2021

Cusco II-Valle Sagrado-Templo Tambomachay-Písac-Ollantaytambo

El día se está acabando y tras la maravillosa visita que hemos realizado a Templo de Sacsayhuamán, el guía nos dice que si nos damos un poco de prisa aún nos dará tiempo visitar un templo más. El Templo de Tambomachay, o Templo del agua. A pesar del día tan ajetreado que llevamos no dudamos que sin duda también merecerá la pena visitar este lugar. Es un sitio arqueológico destinado al culto al agua. Se encuentra a tan solo 7 kilómetros de la ciudad de Cusco. A una altura de 3.700 metros sobre el nivel del mar. Consta de acueductos, canales y varias cascadas de agua que discurren por las rocas. Lo curioso de este Templo, es que de una cascada principal, los  incas crearon dos cascadas secundarias, las cuales son exactamente iguales.
Siempre se ha creído que el agua de estas cascadas tiene propiedades curativas, e incluso hasta hace poco la gente podía coger el agua y  beberla, pero en la actualidad ya no está permitido. Aquí también hubo una especie de jardín real cuyo regadío provenía de un complicado sistema de canales especialmente hechos para tal función. Servía como punto del control de la zona, debido al torreón que se puede observar. Nos dejan durante un tiempo poder visitarlo por nuestra cuenta, no dudamos en subirnos a dicho torreón para poder sacar unas hermosas fotografías del lugar.



                    

Plaza de Armas de Cusco desde el restaurante
Está anocheciendo y tenemos que regresar a la ciudad de Cusco, en donde tenemos reservado para cenar en uno de los restaurantes que hay en su Plaza de Armas. Se trata del restaurante TUNUPA. Como bien explique en unos de los primeros artículos de este viaje, no pudimos llevar a cabo por el mal tiempo que había en el mar, la excursión programada para visitar las Islas Ballestas en Paracas.
Plato de Causa Limeña con Salmón
Tarta de tres chocolates con fresas
Debido a la situación de la Pandemia del Covid-19, tampoco se pudo realizar la caminata programada a las cercanas ruinas de Uyo Uyo, en el Valle del Colca. Al igual que allí nos compensaron con la visita a sus aguas termales, aquí nos dan la opción de reembolsarnos el dinero, o disfrutar de una exquisita cena en el restaurante, con actuaciones de bailes y danzas populares, acompañadas con música andina. El restaurante es excepcional y lo recomiendo al igual que el Zig Zag de Arequipa, si queréis disfrutar de una ambiente extraordinario, una comida deliciosa, acompañado todo con un trato personalizado y profesional.
 
Circuito por el Valle Sagrado de Cusco
En la mañana continuamos recorriendo el Valle Sagrado . Esta vez nos encaminamos a visitar las ruinas de Písac, una de las más bellas construcciones incas. En la entrada del recinto encontramos vendedores con agua, gorros, ajedrez con figuras de Incas contra conquistadores españoles. Enseñamos nuestra correspondiente entrada para visitar este complejo arqueológico, ubicado a 30 km de la ciudad de Cusco El yacimiento arqueológico es uno de los más importantes y visitados del Valle Sagrado de los Incas. Desde aquí se observa todo el valle, las montañas cercanas y las primeras ruinas que te hacen comprender la importancia del enclave arqueológico estratégicamente situado en un cerro desde el que se controla buena parte del Valle Sagrado.
Ya desde el inicio de la visita podemos disfrutar desde un mirador como Písac contaba con hasta 16 sectores de andenerías agrícolas repartidos por todo el complejo. De hecho, este es el lugar con mayor variedad de terrazas de la zona, ya que se pueden ver terrazas de diferentes estilos y tamaños, unas aprovechando la inclinación del terreno, otras protegidas por murallas. Luego continuamos caminando hasta el siguiente núcleo de interés, la zona funeraria y la ciudadela de Q'allaqasa. El agua fue un elemento de suma importancia en Písac, se puede ver en las canalizaciones y acueductos que servían para distribuir el agua por las zonas de cultivo como para el consumo de su población.
ciudadela de Q'allaqasa
 
Todavía se pueden contemplar algunas canalizaciones de agua y fuentes que se cree que fueron utilizadas en ceremonias religiosas debido a la calidad del tallado de las piedras con las que están hechas. Desde la base de la ciudadela de Q'allaqasa se divisan nuevas terrazas de cultivo y la fuente ceremonial. Tras una caminata de un par de minutos llegamos al primero de los tres niveles en los que se divide, con la zona de los palacios junto a los templos mejor conservados, que tienen una mayor calidad y gran belleza arquitectónica.
Según diversos historiadores y arqueólogos, el artífice de este complejo fue el Inca Pachacútec, la ubicación de este lugar no está elegida al azar, sino que todo forma parte de una calculada planificación urbanística. 
 
Una de las construcciones que nos encontramos en la parte alta, es la propia casa de Pachacútec, se trata de una edificación de dos pisos. El edificio principal es el templo del sol, siendo una construcción circular que rodea una afloración rocosa que ha sido tallada de tal manera que en el solsticio de verano queda orientada hacia el lugar por donde sale el sol, algo que únicamente volveríamos a encontrarnos en  Machu Picchu.
Se cree que este templo se utilizaba como observatorio astronómico y en todo tipo de ceremonias religiosas.  Además, en esta parte del complejo la mayoría de los muros son realmente asombrosos. No existe ningún tipo de imperfección en los grandes bloques de piedra pulida con que están construidos cada uno de los edificios de este sector y que encajan a la perfección entre todos ellos. Realmente increíble. A medida que ibamos descendiendo hacia el valle el calor iba en aumento, pero el camino al ser todo bajada no supuso un gran esfuerzo.
Hay que atravesar varias terrazas, pudiendo subir y bajar los escalones que están situados en los muros de contención de cada uno de los niveles de estas andenerías, así que el tiempo durante el cual estuvimos caminando se nos pasó la mar de rápido.
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
Al salir volvemos a pasar por los numerosos puestos de artesanía local que hay para coger de nuevo el autobús que nos llevará tras unas horas de viaje al restaurante que tenemos contratado para comer. Coincide que el restaurante pertenece a la misma cadena, del que cenamos la otra noche en Cusco. El restaurante TUNUPA consta esta vez de un variado y espectacular bufé que hace la delicia de todos, además de por la hora que era, también porque tras visitar Písac, se nos ha abierto el apetito. Tras esta maravillosa comida volvemos a emprender el camino y dirigirnos hacia Ollantaytambo. Localidad ubicada a unos 90 km al Noroeste de Cusco.
Mapa de Ollantaytambo
El Inca Pachacútec conquistó la región y además de la construcción del pueblo, también creo un centro ceremonial. En la época de la conquista sirvió como fuerte para Manco Inca Yupanqui, líder de la resistencia inca contra los conquistadores. Sus callejuelas empedradas y serpenteantes, las ruinas diseminadas por doquier y sus terrazas agrícolas son atractivos que destacan por sí mismos y el visitante lo puede apreciar en todo su esplendor. Entre las ruinas, es recomendable la visita a la antigua fortaleza y al templo, donde podemos apreciar las magníficas vistas del Valle Sagrado de los Incas.
No hay palabras para describir el instante cuando aparece ante nosotros esta monumental construcción. Nos quedamos parados y con asombrados con lo que estamos viendo. Se trata de uno de los complejos arquitectónicos más monumentales del antiguo Imperio Inca, llamado «fortaleza», debido a sus descomunales muros, fue un Tambo o ciudad-alojamiento, estando ubicado estratégicamente para dominar el Valle Sagrado.
En Ollantaytambo hay andenes de resistencia (para evitar deslizamientos), no agrícolas como en los demás sitios arqueológicos del Cusco. En la actualidad es una importante atracción turística debido a sus construcciones incaicas y por ser uno de los puntos de partida más comunes del camino inca hacia el Machu Picchu. Las piedras abandonadas (Piedras Cansadas) son testigos mudos de las batallas entre Manco II y los conquistadores.
Graneros que servían de despensa
Durante años se construyeron las terrazas agrícolas, se amplió el pueblo, se levantaron varios templos y se excavaron los espectaculares graneros que se pueden ver en la montaña situada al otro lado del pueblo. También escuchamos a los guías que en la silueta que dibuja la montaña en su parte izquierda se puede observar el rostro del dios Viracocha. Tanto en el propio Ollantaytambo como en las aldeas cercanas surgió un importante centro agrícola que hizo de ésta una de las zonas más prósperas del Valle Sagrado.
Rostro del Dios Viracocha
Durante bastantes años, este fue el último reducto de los incas antes de su retirada definitiva a los bosques de Vilcabamba, así que para resistir las embestidas del ejército español, fortificaron la ciudad como sus alrededores. Considerado un importante punto estratégico en el Valle Sagrado, donde confluían varios caminos que suministraban las riquezas al reino inca, siendo la última fortaleza inca antes de Machu Picchu por lo que tenía que protegerse a toda costa.
 




 




Continuamos nuestra visita rodeados por una incesante marea humana, que prácticamente se agolpaban unos encima de otros en la parte superior de la ciudadela, lugar en el que transcurría la vida religiosa, política y militar de Ollantaytambo
 
Escuchamos atentamente las explicaciones que nos va diciendo el guía sobre el templo del sol y el resto del complejo. El tipo de materiales utilizados en su construcción, algunas técnicas de tallado y pulido de los enormes bloques de piedra o los sistemas para mejorar la resistencia de sus construcciones a los terremotos.
Nos quedamos boquiabiertos por la perfección de estas construcciones y por los mosaicos formados a base de bloques de piedra tallada encajados con una precisión milimétrica. Desde lo más alto de este sitio arqueológico es posible contemplar los dos valles que confluyen a los pies de la colina y que aparecen custodiados por las montañas de las que se extrajo la piedra con la que posteriormente se tallaron los bloques piedras utilizados en la construcción de Ollantaytambo. Estos bloques de piedra se transportaban luego sobre grandes troncos de madera hasta su emplazamiento definitivo.
Mientras vamos ascendiendo por el lugar, no dejamos de echar un vistazo a los gigantescos muros que servían de soporte a las terrazas agrícolas excavadas en la ladera de la montaña. Recorremos todo el complejo por los largos pasillos excavados y situados en la parte alta, mientras vamos contemplando maravillados el paisaje que se despliega ante nosotros.
Fuente del Templo del Agua
Finalmente descendemos por unas gigantescas escalares para ver la parte baja del complejo, dónde se encuentra el templo del agua y varias casas reconstruidas que nos permiten hacernos una idea de cómo eran las viviendas del Valle Sagrado en su época. Desgraciadamente el día va avanzando y lamentándolo mucho tenemos que dejar este maravilloso lugar para volver a montarnos en el autobús que nos llevará de regreso a la ciudad de Cusco. Hay que cenar temprano y acostarnos pronto para descansar, porque mañana nos levantamos muy temprano, para empezar una de las etapas que están marcadas de manera muy especial en el viaje tan increíble que estamos realizando, se trata del comienzo del Camino Inca hacia el Machu Picchu.
Casas reconstruidas según era en su época

 









 

 * Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de la Wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).

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