Se caracteriza por tener grandes
hojas
circulares de hasta
1 metro de diámetro que
flotan sobre la superficie
del agua sobre tallos sumergidos que alcanzan de 7 a 8 m de largo. Pueden
soportar hasta 40 kg si el peso está bien distribuido en su
superficie. La
flor, que mide hasta
40 cm de diámetro, se
abre al anochecer (a partir de las seis de la tarde), exhala una fragancia parecida al
albaricoque,
llamada por los europeos
"rosa lacustre" y
se mantiene abierta hasta
aproximadamente las nueve de la mañana del día siguiente, para
volver a
abrirse la noche siguiente.
El día va pasando y ya el calor es bastante alto, por lo que volvemos a montarnos en la barca y regresamos al
Lodge mientras observamos toda la
flora y
fauna de nuestra alrededor, disfrutando de este fascinante paisaje. Al llegar y nada más meternos en nuestras
cabañas, nos damos un refrescante y reparadora ducha, para una vez terminada dirigirnos a la zona central del recinto y disfrutar de otra deliciosa comida estilo
buffet. Es muy variado y todo con una pinta exquisita pero que además sabe mucho mejor por los ingredientes tan naturales con que se ha elaborado. Hay
arroz con verduras,
coliflor rebozada,
ají de gallina,
papas y
carne deliciosa. Acompañado de gran
variedad de frutas exóticas y
jugos (
zumos) de todo tipo. Nos presentan a otra pareja de
Tarragona que acaba de llegar, y que junto a la anterior pareja de
Barcelona, formaran todo el grupo para el resto de los días en los que estaremos en el
Amazonas.
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Pájaro Tuki Tuki
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Regresamos a los alojamientos para descansar hasta que comience la
siguiente actividad que tenemos programada, y nada mejor que hacerlo
estando tumbados encima de las
hamacas que hay en nuestra
cabaña, a la vez que contemplamos la
selva amazónica que nos rodea. Al comenzar la tarde, iremos a visitar otras zonas de este extenso
Río para además de observar todo el
ecosistema, intentar pescar la famosa
Piraña. En esta ocasión y hasta que lleguemos a la zona en donde vamos a pescar, observamos que en la abundante vegetación que hay sobre las aguas del
Río Amazonas hay una
pequeña ave.
Alberto nuestro guía, nos dice que es el
pájaro Tuki Tuki. Es muy pequeño, con patas largas y delgadas, y es por ese pequeño tamaño y peso, que puede ir caminando encima de las hojas del
río. Su
pico es de un llamativo color amarillo y su
plumaje es rojizo, por lo que es fácilmente diferenciable durante nuestro paseo en barca. Volvemos a ver gran multitud de
Cormoranes que están posados sobre las copas de los árboles.
Llegado al punto establecido nos reparten unas rudimentarias
cañas de pescar artesanales, hechas con una
simple vara a partir de una
rama de árbol, por la que la recorre un
sedal de pesca y en la que al final de la misma sobresale un pequeño
anzuelo. Vamos a utilizar de
cebo piel de pollo, la que insertamos en el extremos más afilado del
anzuelo, enrollándola alrededor para que quede bien fijada. Nos dan unas pocas instrucciones para que tengamos mejor suerte a la hora de pescar la
Piraña. Tenemos que tirar el
sedal alejado de la embarcación y dejar que se sumerja, para que una vez que notemos pequeños tirones (señal de que la
Piraña, ha picado el
anzuelo y se está comiendo
la piel de pollo), tirar con un movimiento rápido para así sacarla del agua. No es tan fácil como parece. Tras varios intentos y tras numerosos fracasos,
Alberto nos intenta motivar, diciéndonos que lo que
pesquemos será nuestra
cena de hoy.
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Marcelo con la Piraña con Alberto
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Nosotros nos empezamos a reír comentando:
"pues me parece que hoy no cenamos". Son momentos muy divertidos y sobre todo cuando vemos que por fin conseguimos pescar una
Piraña, parece que a pesar de todo hoy sí que cenamos, aunque poco botín es para las seis personas que somos. Nos advierten desde el primer momento tras haber conseguido pescar una
Piraña, el
cuidado que tenemos que tener a la hora de
cogerla, por si nos muerde una vez
sacada del río, y depositarla en la barca, estando siempre atentos para quitar el
anzuelo (por la experiencia que tienen), para depositarlas en un cubo y así evitar algún percance.
Existía otra amenaza más para quedarnos sin cena, el
cubo del
cebo con la
piel de pollo se estaba vaciando, lo que suponía un extra más para pescar. Son muy listas y la mayoría de las veces son ellas las
que nos burlan y levantamos el
anzuelo sin nada. Empezamos a comentar que son ellas las que están cenando y nosotros los que nos
vamos a quedar sin cenar, todo ello acompañado con múltiples
sonrisas y comentarios graciosos al respecto. Empezamos a redoblar nuestros esfuerzos y a tener más constancia, dando sus frutos y empezando a pescar más
Pirañas. Por fin
Marcelo y
yo conseguimos pescar una, por lo que nuestra alegría es máxima dándonos grandes abrazos. Lo hemos conseguido. Estaba atardeciendo teniendo que recorrer de vuelta el mismo
camino realizado, ponemos en marcha la barca, que comenzó a deslizarse sigilosamente sobre las
aguas al mismo tiempo que disfrutamos de un
atardecer espectacular en el que
los rayos de sol se colaban entre las nubes. Esas nubes que se iban
tornando negras presagiando una tormenta.
Una vez en el
Lodge disfrutamos del resto de la tarde hasta la hora de cenar relajándonos en el edificio principal tomando unas
infusiones, mientras confirmamos que
la tormenta que presagiábamos ha comenzado. No era tarde del todo cuando la
selva se quedó en silencio justo en el mismo instante en que se desató una
espectacular y brutal tormenta tropical sobre nosotros. A pesar de que no hace frío la temperatura como es natural ha descendido, nos alegramos que estemos de vuelta y contemplarla sin empaparnos y a salvo dentro de las instalaciones del
Lodge.
Rayos y
truenos hicieron que nos quedáramos asombrados de la intensidad con la que cae la lluvia.
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Las Pirañas que hemos pescado que son la cena
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Esperemos que pare y podamos realizar el
paseo nocturno por la
selva que tenemos programado para esta noche después de cenar. Seguimos contemplando el espectáculo que tenemos ante nosotros cuando nos avisan para la cena. Todos estamos expectantes si al final era verdad y las
Piraña que hemos pescado van a ser parte de dicha cena. Qué alegría comprobar que en efecto era verdad, y vemos aparecer a
Alberto con una fuente y todas nuestras capturas ricamente cocinadas, acompañadas con trozos de
lima. Están muy ricas, aunque la verdad tienen poco que comer, pero mientras disfrutamos de ellas, no paramos de ir comentando todas las anécdotas de la jornada y como no de la pesca, de lo que en estos momentos está consistiendo nuestra cena. Nuestros peores temores se ven confirmados cuando comprobamos que la tormenta no cesa y sigue lloviendo mucho.
Alberto aparece para comunicarnos que la actividad del
paseo nocturno por la
selva se tiene que suspender, porque con estas condiciones no se puede realizar.
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Noche en el Lodge Muyuna
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Es una lástima porque tenía un gran interés por realizar esta actividad en concreto. Iba a consistir en una
caminata nocturna en busca de todo tipo de animales, observando la selva
en su mejor momento, ya que
la gran mayoría de especies que la habitan
comienzan su actividad al anochecer. Observar
sapos y
ranas enormes, alimento
preferido de las
Anacondas. Además podremos ver
Tarántulas, y contemplar
de la
manera más fascinante y emocionante la actividad que desarrollan
las
miles de especies que habitan la
selva amazónica al anochecer. El punto culminante era cuando tendríamos que
apagar las luces de los frontales para quedarnos en silencio y escuchar
"el latir de la selva" hubiera sido fascinante. Para resarcirnos decidimos
continuar en el comedor de la zona principal y pedir unas cervezas, a la vez que nos vamos conociendo todos mejor, contando experiencias de otros viajes, por que elegimos
Perú, y lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.
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El Lodge y sus alrededores durante la noche
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Las lluvias torrenciales golpean con fuerza todo el
Lodge con un
vendaval
que
zarandeaba toda la vegetación, comprobamos que somos los únicos que aún permanecemos allí y es que la verdad es un rato agradable con buena compañía y en un lugar privilegiado. Pero la noche va a avanzando y lamentándolo mucho nos tenemos que despedir para regresar a nuestras cabañas. El
personal del Lodge, siempre tan amable y eficiente, espera que abandonemos el lugar para recoger y poder terminar la jornada. Los sonidos de la
selva por la
noche
se multiplican y la actividad de sus habitantes es mucho más intensa
que de día. Al día siguiente nos tocaba madrugar para realizar la última
actividad antes de abandonar la
selva, así que no tardamos mucho en
apagar las luces para caer en un profundo
sueño armonizado por la banda sonora de la
selva nocturna...
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