miércoles, 6 de octubre de 2021

Amazonas II

Amanecer en el Amazonas tumbado en una hamaca

Este segundo día es el que más actividades vamos a realizar en este entorno privilegiado. Tras una apasionante primera noche en el Amazonas, me levanto muy temprano para tumbarme en la hamaca y poder contemplar el amanecer en la selva amazónica en el más absoluto silencio, solo roto por el ruido que producían los animales que hay en los alrededores, aunque en estos momentos no los pueda ver. Una sensación también inolvidable y muy gratificante para comprender mejor el sitio donde nos encontrábamos y los afortunados que éramos de estar allí. Comenzamos la mañana con un paseo por el Río Amazonas, que nos ocupará todo el día, en donde vamos a poder contemplar buena parte de la fauna y flora del lugar. Nos subimos a la embarcación junto a Alberto (guía) y Joel (capitán), para realizar la ruta por el Río Amazonas. Debido a la cantidad de especies protegidas de la zona, no se puede navegar con botes de gran motor que contaminen las aguas o provoquen un exceso de ruido que ahuyenten y asusten a los animales que viven allí.

Cormorán volando por el río Amazonas

Para mí es un momento único y muy especial, el poder estar navegando en mitad de la selva amazónica sobre las aguas de este mítico río, lejos de la civilización y todo lo que vivir en ella conlleva. La temperatura va subiendo poco a poco y con ella la sensación de bochorno a causa de la gran humedad. Alberto (el guía) nos iba señalando las diferentes especies de aves que nos encontrábamos a nuestro paso, mientras nos explicaba sus características. Desde el primer momento en el que atravesamos en barca el Río Amazonas, las primeras aves que vemos son los Cormoranes, volando alrededor de nuestra embarcación, o bien levantando el vuelo al acercarnos. 

Cormorán comiendo un pez en el río
Cormorán secándose las alas
A diferencia de la mayoría de las aves acuáticas, sus plumas no son completamente impermeables, por lo que, al mojarse, éstas aumentan de peso, y les permite hundirse más y bucear con facilidad. Una vez en tierra, tienen una forma peculiar de secarse las alas, extendiendo estas a los lados y muy abiertas, así les da mejor el aire y el sol y se secan antes. Son aves acuáticas que se zambullen y alimentan de los peces que capturan bajo el agua. Se impulsan principalmente con las patas y pueden zambullirse durante más de un minuto, alcanzando una profundidad de 10 metros
Garza blanca
Garza gris
Seguimos navegando por el río, y otras de las numerosas aves que nos encontramos a nuestro paso, son las Garzas, tanto grises como blancas. Las Garzas son aves zancudas, y algunas especies pueden llegar a medir hasta los 85 cm de alto. Se alimentan de peces, crustáceos y pequeños anfibios. Generalmente son aves solitarias, pero es normal verlas reunidas en grupos o en comunidad cuando es la época de cría. Anidan en los árboles altos, en donde construyen unos nidos toscos, prácticamente planos.
Avistamos también otras aves de gran tamaño como el Gavilán Colorado reconocible por el color de su plumaje, nos llama la atención un ave llamada Aruco, aunque la población local la conoce con el nombre de Jamungo.
Ave Aruco (nombre local Jamungo)
Gavilán colorado
 
Es un ave propia de Sudamérica, ampliamente extendida, que se la diferencia, porque lleva en la cabeza un copete de consistencia córnea. Mide 60 cm de altura y dos metros de envergadura, suele andar en parejas o pequeños grupos familiares. Construyen nidos flotantes en los esteros y descansa sobre árboles altos. Se alimentan de diferentes partes de las plantas: brotes, hojas tiernas, raíces, flores y frutas. En la orilla, la vegetación es muy extensa, desde enormes palmeras hasta ceibas (árbol samauma), pasando por lupunas compartiendo el espacio con otras especies como orquídeas, caobas, etc... Sobre nuestras cabezas, familias de monos saltaban de árbol en árbol zarandeándolos para hacer caer pequeñas ramas con las que pretendían, proteger su territorio. Hay muchas especies desde monos araña, aulladores, ardilla, hasta monos capuchinos.
Derecha sobre las plantas del agua está el delfín rosado
Salimos por fin al ancho del Río Amazonas, donde experimentamos el momento más mágico del viaje, nadando en el río donde viven los delfines rosados y grises. Se dejan ver, aunque solo podemos distinguirlos de una manera esporádica y principalmente la parte superior, como es natural no podemos tocarlos. Como ya nos avisaron la noche anterior nos hemos traído el bañador, y sin dudarlo no desaprovecharnos la ocasión para darnos un agradable baño en las aguas de este gran río. Se agradece bastante con la temperatura que ha ido subiendo a lo largo de la mañana, pasando unos momentos agradables y entretenidos. Aquí imágenes del momento (Marcelo- izquierda-Yo-foto central y derecha)

Victoria Regia- planta acuática más grande del mundo
Abandonamos el cauce central del Río Amazonas para navegar por unos de sus ramales, deshaciendo el camino que hemos realizado anteriormente. Nos encontramos pequeñas canoas (incluso con niños), que están pescando o regresan a sus poblados tras la pesca y que no dudan en saludarnos y nosotros a ellos de una manera cordial y amable. Nos acercamos a un pequeño embarcadero local que hay junto a la orilla desde donde realizaremos un tramo caminando por pequeños senderos, para al fin poder contemplar la planta acuática más grande del mundo, la famosa Victoria Regia. Esta planta el más grande de todos los nenúfares, encontrándose en las aguas poco profundas del Río Amazonas (Perú, Brasil y Colombia).
 
Se caracteriza por tener grandes hojas circulares de hasta 1 metro de diámetro que flotan sobre la superficie del agua sobre tallos sumergidos que alcanzan de 7 a 8 m de largo. Pueden soportar hasta 40 kg si el peso está bien distribuido en su superficie. La flor, que mide hasta 40 cm de diámetro, se abre al anochecer (a partir de las seis de la tarde), exhala una fragancia parecida al albaricoque, llamada por los europeos "rosa lacustre" y se mantiene abierta hasta aproximadamente las nueve de la mañana del día siguiente, para volver a abrirse la noche siguiente. El día va pasando y ya el calor es bastante alto, por lo que volvemos a montarnos en la barca y regresamos al Lodge mientras observamos toda la flora y fauna de nuestra alrededor, disfrutando de este fascinante paisaje. Al llegar y nada más meternos en nuestras cabañas, nos damos un refrescante y reparadora ducha, para una vez terminada dirigirnos a la zona central del recinto y disfrutar de otra deliciosa comida estilo buffet. Es muy variado y todo con una pinta exquisita pero que además sabe mucho mejor por los ingredientes tan naturales con que se ha elaborado. Hay arroz con verduras, coliflor rebozada, ají de gallina, papas y carne deliciosa. Acompañado de gran variedad de frutas exóticas y jugos (zumos) de todo tipo. Nos presentan a otra pareja de Tarragona que acaba de llegar, y que junto a la anterior pareja de Barcelona, formaran todo el grupo para el resto de los días en los que estaremos en el Amazonas.
Pájaro Tuki Tuki
Regresamos a los alojamientos para descansar hasta que comience la siguiente actividad que tenemos programada, y nada mejor que hacerlo estando tumbados encima de las hamacas que hay en nuestra cabaña, a la vez que contemplamos la selva amazónica que nos rodea. Al comenzar la tarde, iremos a visitar otras zonas de este extenso Río para además de observar todo el ecosistema, intentar pescar la famosa Piraña. En esta ocasión y hasta que lleguemos a la zona en donde vamos a pescar, observamos que en la abundante vegetación que hay sobre las aguas del Río Amazonas hay una pequeña ave. Alberto nuestro guía, nos dice que es el pájaro Tuki Tuki. Es muy pequeño, con patas largas y delgadas, y es por ese pequeño tamaño y peso, que puede ir caminando encima de las hojas del río. Su pico es de un llamativo color amarillo y su plumaje es rojizo, por lo que es fácilmente diferenciable durante nuestro paseo en barca. Volvemos a ver gran multitud de Cormoranes que están posados sobre las copas de los árboles.
Llegado al punto establecido nos reparten unas rudimentarias cañas de pescar artesanales, hechas con una simple vara a partir de una rama de árbol,  por la que la recorre un sedal de pesca y en la que al final de la misma sobresale un pequeño anzuelo. Vamos a utilizar de cebo piel de pollo, la que insertamos en el extremos más afilado del anzuelo, enrollándola alrededor para que quede bien fijada. Nos dan unas pocas instrucciones para que tengamos mejor suerte a la hora de pescar la Piraña. Tenemos que tirar el sedal alejado de la embarcación y dejar que se sumerja, para que una vez que notemos pequeños tirones (señal de que la Piraña, ha picado el anzuelo y se está comiendo la piel de pollo), tirar con un movimiento rápido para así sacarla del agua. No es tan fácil como parece. Tras varios intentos y tras numerosos fracasos, Alberto nos intenta motivar, diciéndonos que lo que pesquemos será nuestra cena de hoy.
Marcelo con la Piraña con Alberto
Nosotros nos empezamos a reír comentando: "pues me parece que hoy no cenamos". Son momentos muy divertidos y sobre todo cuando vemos que por fin conseguimos pescar una Piraña, parece que a pesar de todo hoy sí que cenamos, aunque poco botín es para las seis personas que somos. Nos advierten desde el primer momento tras haber conseguido pescar una Piraña, el cuidado que tenemos que tener a la hora de cogerla, por si nos muerde una vez sacada del río, y depositarla en la barca, estando siempre atentos para quitar el anzuelo (por la experiencia que tienen), para depositarlas en un cubo y así evitar algún percance.
Existía otra amenaza más para quedarnos sin cena, el cubo del cebo con la piel de pollo se estaba vaciando, lo que suponía un extra más para pescar. Son muy listas y la mayoría de las veces son ellas las que nos burlan y levantamos el anzuelo sin nada. Empezamos a comentar que son ellas las que están cenando y nosotros los que nos vamos a quedar sin cenar, todo ello acompañado con múltiples sonrisas y comentarios graciosos al respecto. Empezamos a redoblar nuestros esfuerzos y a tener más constancia, dando sus frutos y empezando a pescar más Pirañas. Por fin Marcelo y yo conseguimos pescar una, por lo que nuestra alegría es máxima dándonos grandes abrazos. Lo hemos conseguido. Estaba atardeciendo teniendo que recorrer de vuelta el mismo camino realizado, ponemos en marcha la barca, que comenzó a deslizarse sigilosamente sobre las aguas al mismo tiempo que disfrutamos de un atardecer espectacular en el que los rayos de sol se colaban entre las nubes. Esas nubes que se iban tornando negras presagiando una tormenta
Una vez en el Lodge disfrutamos del resto de la tarde hasta la hora de cenar relajándonos en el edificio principal tomando unas infusiones, mientras confirmamos que la tormenta que presagiábamos ha comenzado. No era tarde del todo cuando la selva se quedó en silencio justo en el mismo instante en que se desató una espectacular y brutal tormenta tropical sobre nosotros. A pesar de que no hace frío la temperatura como es natural ha descendido, nos alegramos que estemos de vuelta y contemplarla sin empaparnos y a salvo dentro de las instalaciones del Lodge. Rayos y truenos hicieron que nos quedáramos asombrados de la intensidad con la que cae la lluvia.

Las Pirañas que hemos pescado que son la cena
Esperemos que pare y podamos realizar el paseo nocturno por la selva que tenemos programado para esta noche después de cenar. Seguimos contemplando el espectáculo que tenemos ante nosotros cuando nos avisan para la cena. Todos estamos expectantes si al final era verdad y las Piraña que hemos pescado van a ser parte de dicha cena. Qué alegría comprobar que en efecto era verdad, y vemos aparecer a Alberto con una fuente y todas nuestras capturas ricamente cocinadas, acompañadas con trozos de lima. Están muy ricas, aunque la verdad tienen poco que comer, pero mientras disfrutamos de ellas, no paramos de ir comentando todas las anécdotas de la jornada y como no de la pesca, de lo que en estos momentos está consistiendo nuestra cena. Nuestros peores temores se ven confirmados cuando comprobamos que la tormenta no cesa y sigue lloviendo mucho. Alberto aparece para comunicarnos que la actividad del paseo nocturno por la selva se tiene que suspender, porque con estas condiciones no se puede realizar.
Noche en el Lodge Muyuna
Es una lástima porque tenía un gran interés por realizar esta actividad en concreto. Iba a consistir en una caminata nocturna en busca de todo tipo de animales, observando la selva en su mejor momento, ya que la gran mayoría de especies que la habitan comienzan su actividad al anochecer. Observar sapos y ranas enormes, alimento preferido de las Anacondas. Además podremos ver Tarántulas, y contemplar de la manera más fascinante y emocionante la actividad que desarrollan las miles de especies que habitan la selva amazónica al anochecer. El punto culminante era cuando tendríamos que apagar las luces de los frontales para quedarnos en silencio y escuchar "el latir de la selva" hubiera sido fascinante. Para resarcirnos decidimos continuar en el comedor de la zona principal y pedir unas cervezas, a la vez que nos vamos conociendo todos mejor, contando experiencias de otros viajes, por que elegimos Perú, y lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.
El Lodge y sus alrededores durante la noche
Las lluvias torrenciales golpean con fuerza todo el Lodge con un vendaval que zarandeaba toda la vegetación, comprobamos que somos los únicos que aún permanecemos allí y es que la verdad es un rato agradable con buena compañía y en un lugar privilegiado. Pero la noche va a avanzando y lamentándolo mucho nos tenemos que despedir para regresar a nuestras cabañas. El personal del Lodge, siempre tan amable y eficiente, espera que abandonemos el lugar para recoger y poder terminar la jornada. Los sonidos de la selva por la noche se multiplican y la actividad de sus habitantes es mucho más intensa que de día. Al día siguiente nos tocaba madrugar para realizar la última actividad antes de abandonar la selva, así que no tardamos mucho en apagar las luces para caer en un profundo sueño armonizado por la banda sonora de la selva nocturna...


 * Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de la Wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).

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