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Comienzo del Camino Inca
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Nos levantamos muy temprano (05:30) porque hay que madrugar para llegar al punto, donde tiene comienzo de lo que será sin lugar a dudas una ruta muy especial y que tenemos marcada desde que comenzamos este viaje por
Perú, el
camino Inca al Machu Picchu. Si a alguien le dices que te diga lo primero que se le pasa por la cabeza al referirse a
Perú, sin dudarlo te contestará que el
Machu Picchu. Hay varias maneras de llegar a este increíble lugar, pero una de las más inolvidables, es hacerlo a través del
Camino Inca
siguiendo las sendas creadas por los
antiguos Incas en mitad de la
jungla y cruzando los
altos pasos de
montaña por los que
antaño centenares de personas de la
civilización Inca, deambularon entre la
capital del imperio y el imponente
santuario del
Machu Picchu. Perdido durante siglos en la
cordillera de los Andes, es un sendero de
trekking que termina en
Machu Picchu. Nosotros elegimos la ruta
Mollepata, que es la más larga de las tres rutas con el puerto de
montaña más elevado y que se cruza con la ruta clásica antes de
atravesar
Warmiwañusqa (
"mujer muerta").
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Perfil del Camino Inca hacia el Machu Picchu
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Situado en la
cordillera de los Andes, el camino pasa por varios
entornos andinos, como el
bosque nuboso y la
tundra alpina.
Asentamientos,
túneles y muchas
ruinas incas se encuentran a lo largo
de la ruta antes de terminar en la
Puerta del Sol en la montaña de
Machu Picchu. Las dos rutas más largas requieren un ascenso a más de
4.200 metros sobre el nivel del mar, lo que puede dar lugar al
mal de altura (
Soroche). La preocupación por el uso excesivo que conduce a la
erosión ha
llevado al
Gobierno peruano a poner un límite de personas que
pueden hacer esta ruta por temporada, y a limitar drásticamente las
empresas que pueden proporcionar los
guías y
porteadores. Es obligatoria la
reserva previa, por eso recomiendo que al realizar el
Camino Inca realicéis dicha reserva con bastante antelación, para que no haya ningún tipo de problema.
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Mapa del Camino Inca
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Escondida entre las remotas
cadenas montañosas andinas del sur de
Perú, a más
de
2400 metros sobre el nivel del mar y cubierta por una frondosa vegetación,
la
ciudadela sagrada de Machu Picchu permaneció durante varios siglos
invisible a los ojos de los hombres. Ni siquiera los
exploradores españoles en su afán de
conquista y acopio de
oro
fueron capaces de encontrarla. Allí, oculta y en silencio entre las
brumas y
nieblas de las montañas peruanas, pasó varios siglos, hasta que
por fin algunos de sus secretos y misterios salieron de nuevo a la luz,
gracias al interés del profesor de universidad estadounidense
Hiram Bingham al que le
fascinaba la historia de los últimos
Incas y cuyo anhelo era
encontrar la ciudad perdida de
Vilcabamba, considerada la
última
capital de los Incas tras la
conquista española.
Camino Inca día 1: de Km 82 a Hatunchaca
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Todo el grupo del Camino Inca
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Con Marcelo en el comienzo del Camino Inca
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Por fin comenzamos una de las rutas de trekking más importante del mundo, un camino que nos llevaría hasta las mismísimas puertas de la majestuosa ciudadela inca de Machu Picchu. Tenemos el placer de conocer a los que serán nuestros compañeros, durante estos 4 días de trekking. Carlo y su mujer Nancy junto con sus hijas, emprenden con mucha ilusión este recorrido tras haberlo realizado Carlo (el padre) hace tiempo, ahora lo hace junto al resto de su familia, lo que sin duda será una de las experiencias que les marcará y quedará grabada en su memoria. También conocemos a Denice y a su hija Zoe, que al igual que Carlo y su familia, han decidido hacer el Camino Inca pero solo para chicas. Todo claro bajo la supervisión de nuestro guía Renilo. Nos preparamos para el inicio de la caminata echándonos protector solar, y algunos que otros víveres que nos
aportasen energía en los momentos de cansancio, mientras los porteadores y cocineros,
que nos acompañarían durante los cuatro días siguientes, ultimaban los
preparativos que necesitaríamos a lo largo del
camino: tiendas de campaña, carpa-comedor, cocina, mesas, taburetes. Quiero dejar claro que sin estas personas y su valiosa aportación, no se podía haber realizado el Camino Inca.
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Nevado Verónica
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Debido a la situación de la
Pandemia-Covid 19, los grupos son más reducidos, pero nos comentan que anteriormente, solían llevar a quince o más personas en cada grupo. En el
puesto de control comprueban toda la documentación y nos sellan el boleto de entrada para acceder al
Camino Inca. Inmediatamente no dudamos en retratar el punto donde comienza la ruta. Con un recorrido de
12km. este primer día de camino es fácil de andar. A lo largo de esta jornada tendremos unas vistas espectaculares del
nevado Verónica.
Comienza atravesando un
puente colgante sobre el
río Urubamba. Desde aquí el camino transcurre junto a la margen izquierda del río por
un sendero prácticamente llano que no supone esfuerzo a pesar de
encontrarnos a
2.700 metros de altura. Las
imágenes más impactantes de este primer tramo es la
vista del
nevado Verónica (5.682 m.), con su cumbre cubierta de nieve recortándose en el horizonte. En este primer día recomiendo comprar bastante agua en
Cusco, ya que aquí en este primer día no se os suministrará, no así en el resto de los días que dura el
trekking,
porque antes de empezar la ruta del día os llenaran las
cantimploras
con agua ya hervida para realizar el camino sin problemas.
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Junto a Marcelo (izquierda) y Carlo (derecha)
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Además durante algunos puntos del camino os encontraréis con varios
puestos en los
que podréis comprar agua y otros productos, pero los precios son más
caros que en otros puntos, debido a su ubicación y a la necesidad de
utilizar este preciado producto durante el recorrido. En
Miskay, almorzamos junto a la
orilla del río, en la que los
porteadores ya tenían
preparada la
carpa-comedor y los
cocineros estaban dando los últimos toques a la
comida, mientras
Renilo nuestro guía nos iba dando información sobre el
complejo arqueológico de
Llactapata, el cual visitaríamos un poco después. Reemprendimos la marcha
rodeados por montañas que cada vez parecían elevarse más a nuestro
alrededor, aunque se podían considerar poca cosa en comparación con las cadenas montañosas que divisamos a lo lejos.
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Ruinas de Patallacta desde el mirador-altar
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Fortaleza de Willkaraqay
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Hacemos un alto para pasear entre las ruinas de la fortaleza de Willkaraqay, dónde se encuentran restos de almacenes, viviendas y los cimientos de lo que fue una torre de vigilancia. Desde allí hay unas excelentes vistas de otras ruinas mucho más interesantes situadas al otro lado del valle: Patallacta o Llaqtapata. En la falda de una montaña situada cerca de la confluencia de los ríos Urubamba y Cusichaca,
descubrimos un enorme complejo con más de 100 edificios
perfectamente organizados por calles y callejones en
su parte más alta, mientras que a lo largo de una superficie
mayor situada en los niveles inferiores se pueden observar un buen
número de andenerías en las que se cultivaba maíz y otros productos, principalmente la patata, para abastecer tanto a Machu Picchu como a Ollantaytambo.
Nos proponen subir a un
mirador-altar (se ofrecían sacrificios al
dios Sol -Inti-), para poder observar mejor todo el complejo, pero nos advierten de que vayamos con cuidado, ya que es muy empinado y al bajar tenemos que hacerlos prácticamente sentados, pero mereció la pena porque desde allí pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares. El camino comenzó a ascender adentrándose por un
valle mucho más estrecho y abrupto
moldeado por las aguas del
río Cusichaca. La silueta del
nevado Verónica con sus nieves nos acompañó hasta nuestra excursión a
Wayllabamba (3.100m), para continuar hacia
Yuncachimpa (3.300m), el lugar dónde se encuentran las
tiendas de campaña que forman el campamento donde pasaríamos nuestra primera noche en el
Camino Inca.
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Nuestro campamento en Yuncachimpa
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Las meriendas de estos campamentos del
Camino Inca consistían en
bandejas gigantes de palomitas,
galletas y todo tipo de infusiones, siendo la más demandada el
mate de coca, con el que los síntomas del
Soroche (
mal de altura), se hacían mucho más llevaderos. Yo siempre me tomaba una
taza de Cacao bien caliente. En el campamento también había algunas
casas locales, donde vivian humildemente una familia y en donde los cocineros pudieron preparar la comida, además contábamos con un par de
baños muy simples formados
por un
inodoro y un pequeño lavabo. Rodeados por enormes montañas, el sol dejó de iluminar el fondo del valle muy pronto, así que en cuanto anocheció echamos mano del
frontal y de las
linternas que se convierten en la única luz que alumbra la mesa de la
carpa-comedor, dónde íbamos a cenar.
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El grupo en el campamento de Yuncachimpa
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La temperatura comenzó a bajar drásticamente, así que nos pusimos los
abrigos y terminamos dando buena cuenta de la cena, nos dieron
una
sopa de quínoa, un
segundo plato a base de arroz y patata.
Los que quisieron pudieron tomar una nueva infusión para entonar el
cuerpo y entrar en calor. El primer tramo del camino había sido
sencillo, pero
al día siguiente nos esperaba la jornada más dura de todo el inca trail. Había que descansar y
recargar pilas. Al día siguiente nos esperaba el
paso de Warmiwañusca con sus
4.200 metros, también conocido como
"El paso de La Mujer Muerta".
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Nuestra primera cena en Yuncachimpa |
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Descansando por fin en nuestra tienda del campamento
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* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de la Wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).
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